Breslavia, la Wrocław polaca, es una de las ciudades más bellas de Polonia, visitada por numerosos turistas, no solo de Polonia, sino también del extranjero. Fue Capital Europea de la Cultura en 2016. La ciudad cuenta con la segunda plaza de mercado más grande de Polonia, mientras que es una de las más grandes de toda Europa. La ciudad de Baja Silesia también se distingue por la cantidad de puentes y pasarelas, de ahí que la denominen la Venecia polaca.
Narodowy Bank Polski (Banco Central de Polonia) emitió a finales de julio una moneda de colección acuñada en plata en la Menicca Polska (Casa de la Moneda de Polonia, Ceca de Varsovia), con valor nominal de 50 zlotys, dedicada a la ciudad de Breslavia (Wroclaw) a la que denomina la “pequeña patria”.
La moneda, diseñada por Urszula Walerzakm, ha sido acuñada en la Ceca de Varsovia en plata de 999 milésimas pesa 62,20 g, mide 45 mm de diámetro, canto liso, y tiene una tirada de 6.000 ejemplares.
El anverso ofrece una vista de la parte más antigua de la ciudad, Ostrów Tumski, con numerosas iglesias históricas. Silesia junto con Wrocław pasó a formar parte del estado polaco al final del reinado de Mieszko I. Wrocław, desde el año 1000 la capital del obispado, se convirtió en uno de los centros urbanos más importantes de la monarquía Piast. A modo de medallón dorado insertado en el campo, se muestra el águila símbolo y escudo de Polonia, rodeada por la leyenda “RZECZPOSPOLITA POLSKA” (República de Polonia) y el año de emisión “2021”. Completan la moneda su denominación “50 ZŁ” (50 Zlotis) y la marca de Ceca “mw” (Menicca Warsaw).
El reverso de la moneda presenta las figuras del fraile dominico Czesław Odrowąż y el padre Enrique el Piadoso. Junto con su padre, Enrique el Barbudo, el duque de Breslavia no solo co-gobernó el ducado de Baja Silesia, se ocupó del desarrollo espiritual y material de su herencia, sino que también fue un verdadero aspirante a la corona. Su muerte en el campo de batalla de Legnica frustró estos planes. El beato Czeslaw Odrowąż es el santo patrón de Wrocław, fue el fundador del monasterio de la iglesia de San Adalberto y su primer prior. Ambos ocupan un lugar especial en la historia de la ciudad. Aparecen rodeados por la leyenda “WROCŁAW MAŁA OJCZYZNA” (Breslavia Pequeña Patria).
Breslavia, la polaca Wroclaw
Silesia, junto con Wrocław (Breslavia), pasó a formar parte del estado polaco al final del reinado de Mieszko I. A partir del año 1000 la capital del obispado, se convirtió en uno de los centros urbanos más importantes de la monarquía Piast. Su importancia creció durante el período de desintegración regional, especialmente durante el reinado de Enrique el Barbudo y su hijo Enrique el Piadoso. Fue en este momento, en el siglo XIII, cuando Breslavia fue destruida durante la invasión tártara y se le otorgó una ubicación bajo la Ley de Magdeburgo.
En el siglo XIV, Breslavia y la Baja Silesia pasaron a formar parte de la corona checa. El magnífico Ayuntamiento histórico data de este período. En el siglo XVI, la ciudad fue gobernada por los Habsburgo. En el siglo XVIII Wrocław se incorporó al estado prusiano. Permaneció en manos alemanas hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Su desarrollo espacial estuvo influido por la decisión de Napoleón de 1807 de ordenar la demolición de las murallas que rodeaban la ciudad.
Otro período polaco en la historia de la ciudad comenzó en 1945. Breslavia tuvo que ser levantada de los escombros, porque en la fase final de la guerra se transformó en una fortaleza y se defendió hasta el 6 de mayo de 1945. Durante la República Popular de Polonia se convirtió en el escenario de protestas sociales desde el otoño de 1956, después del nacimiento de “Solidaridad”. Breslavia resultó ser una auténtica fortaleza de “Solidaridad”, tanto durante los 16 meses de su existencia legal como durante la ley marcial. Fue entonces en Wrocław donde nació la organización anticomunista más radical, “Fighting Solidarity”.
Desde 1990, la capital de la Baja Silesia es la ciudad autónoma de Wrocław. La dramática época de la gran inundación de 1997 demuestra el apego de los habitantes a su pequeña patria.