La pandemia de coronavirus lleva más de un año afectando a las vidas y economías de millones de ciudadanos del mundo. La práctica totalidad de las actividades humanas se han visto influidas, de uno u otro modo, por las medidas de protección frente al virus. Ello ha provocado la búsqueda de nuevas fórmulas para seguir viviendo y trabajando desde la protección del hogar: teletrabajo, videoconferencias, Skype, Zoom, Meeting…
El mundo numismático no ha sido ajeno a ello. El confinamiento les ha servido a muchos coleccionistas para adquirir nuevas piezas o profundizar en la historia de las que ya tiene, organizar sus colecciones… La necesidad de llenar de contenido muchas horas que antes se dedicaban al ocio en el exterior puede incluso haber aumentado el número de coleccionistas numismáticos entre aquellos que antes eran simples aficionados.
Mención aparte merecen los comerciantes y casas de subastas. Ante la imposibilidad de proseguir con su actividad en las tiendas y salas físicas, muchos de ellos han tenido que reinventarse y desarrollar aún más, si es que aún no lo habían hecho, sus versiones online, para poder subsistir en un mundo cada vez más tecnológico.
Indudablemente, muchos de ellos, los más antiguos y con menor flexibilidad, se habrán quedado por el camino. Tiendas pequeñas que ya estaban notando la bajada del negocio, han cerrado definitivamente la persiana durante estos meses. Y eso siempre supone un empobrecimiento del sector, por más que hayan sido sustituidas por nuevos emprendedores que conocen los pormenores del comercio online, pero que adolecen de una pátina numismática que solo se obtiene con el tiempo.
Pero hay otro sector relacionado con la numismática que aún se ha visto más afectado por las restricciones derivadas de la pandemia: el de las ferias y convenciones. Reunir a miles de personas procedentes de decenas de países durante unos pocos días en recintos cerrados constituye un cóctel explosivo que, en tiempos de coronavirus, como es lógico, resulta inviable.
Precisamente en estas fechas debería estar celebrándose en Berlín una nueva edición de la prestigiosa World Money Fair, creada por el incombustible Albert Beck en Berna (Suiza) en 1972 y que desde 1999 se celebra en la capital alemana.
El pasado mes de noviembre, los organizadores decidían posponer la feria hasta una nueva fecha, no determinada. Sin embargo, como tantos otros eventos este año, la World Money Fair de Berlín tendrá una versión virtual, entre los días 27 y 31 de enero. Se trata de la llamada #Digital Fair, cuyo programa se puede consultar aquí, y que incluirá presentaciones de diversas casas de la moneda, stands virtuales que podrán ser visitados por los coleccionistas desde sus ordenadores, foros técnicos, encuentros por videoconferencia… Es lo mismo, pero no es lo mismo.
Suscribo al pie de la letra lo que escribió nuestra ilustre colega Ursula Kampmann, en el editorial de CoinsWeekly del 9 de julio de 2020: “echo mucho de menos las conversaciones informales con los colegas, donde la gente habla de lo divino y lo humano, y, cuando menos te lo esperas, surge una información de lo más relevante. En las últimas dos semanas, las ferias numismáticas del segundo semestre de 2020 se han ido cancelando una tras otra, y casi tengo nostalgia de pensar en los viejos tiempos, cuando me irritaba que se cancelara Numismata unas horas antes de su inauguración”.
Ursula también valora el papel de la tecnología como medio de sustituir las reuniones personales, pero reconoce que “no es lo mismo. Falta el factor de la confianza, que siempre ha sido esencial para alcanzar los mejores tratos: un encuentro no programado, que resulta ser el más importante de todo el evento”.
Confiemos en que, más pronto que tarde, esta pandemia se convierta en un amargo recuerdo, como la epidemia de gripe de 1918. Y que, como las obras de Charles Dickens, a los ‘Tiempos difíciles’ les sucedan las ‘Grandes esperanzas’. Volveremos a Berlín y se lo contaremos a los lectores de Crónica Numismática.