Sabemos que España se mantuvo al margen de los dos conflictos mundiales del siglo XX pero, aún así, en ambos se produjo la participación de varios grupos de voluntarios españoles. En el caso de la Primera Guerra Mundial, en 1916, el Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes (Comitè de Germanor amb els Voluntaris Catalans), reclutó un contingente de diez mil voluntarios catalanes, para ser integrados en una Legión de Voluntarios Catalanes dentro del ejército francés. Al finalizar la guerra, se encargó al escultor Juli Vallmitjana el diseño de una medalla que se entregaría a los Voluntaris, en reconomiento a su lucha en Francia. Con el tiempo, ésta se convertiría en una de las condecoraciones no oficiales de la Primera Guerra Mundial más buscadas entre los coleccionistas galos.
La Medalla de los Voluntarios Catalanes es una condecoración honorífica no oficial entregada por el Comité de Hermandad con los Voluntarios Catalanes. Actualmente figura entre las condecoraciones honoríficas del 3er Regimiento de la Legión Extranjera de Francia. El diploma de esta medalla recuerda las batallas en las que participaron las unidades de la Legión en las que lucharon estos voluntarios: Prunay, Tapiz, Dimensión 140, Verdun, Champán 1916-17-18, Flandes, Suma, Lorena, Soissons, Belloy en Santerre, Montañas de París, Meseta de Laffaux, Dardanelos, Serbia y Bulgaria.
Diseñada y fabricada por los establecimientos Vallmitjana de Barcelona, es de bronce patinado y suspendida de una cinta de tejido bastante tosca con los colores de Cataluña. En la tradición española, esta cinta se remata con una barra de broche de metal dorado con un alfiler para sujetarla a la prenda. Tiene un diámetro de 32 mm. y en el anverso, aparece un soldado con el casco “Adrian”, típico del ejército galo y la inscripción “SANS PEUR, SANS PITIE” (Sin Miedo, Sin Piedad). En el reverso, el escudo de Catalunya, con una hoja de laurel y una palma y la inscripción: “CATALUNYA ALS VOLUNTARIS CATALANS” y “1914-1918”. Se acuñaron tan solo 500 unidades, aunque no todas fueron repartidas.
Al ser una medalla escasa y difícil de encontrar, es normal encontrar falsificaciones en el mercado. Como los moldes originales (afortunadamente) se perdieron, las copias que se ven, son de “fundición”, es decir, que han tomado como molde a una medalla original. Así, las copias son relativamente fáciles de detectar ya que son de un tamaño ligeramente inferior a las originales (menos de 30 mm.) y el rostro del soldado aparece marcado por unos puntos, como si hubiera sufrido la viruela.
Para más información: https://historiayculturamilitar.wordpress.com/2013/06/26/la-medalla-de-los-voluntarios-catalanes-de-la-primera-guerra-mundial/