Primera reina que reclamó y obtuvo el trono de Inglaterra, la vida y el reinado de María Tudor se ha visto frecuentemente ensombrecida por su defensa del catolicismo en una Inglaterra predominantemente anglicana. En su corto reinado, que coincidió con un periodo muy lluvioso y con graves inundaciones, comenzó una serie de reformas económicas y monetarias que dieron sus frutos en el reinado de su hermana y sucesora Isabel I. Tras su matrimonio con el príncipe y posterior rey de España Felipe, único rey consorte de la historia de Inglaterra, se llevaron a cabo emisiones a nombre de ambos soberanos, un numerario que tuvo una larga vigencia y un continuado reflejo en la literatura británica durante muchos años.
Tras el breve y convulso reinado de Eduardo VI de Inglaterra (1547-1553), a su muerte fue declarada heredera del trono Lady Jane Grey, sobrina del monarca, y declaradas bastardas y excluidas de la sucesión María e Isabel Tudor, hijas de Enrique VIII. La princesa María, hija de Catalina de Aragón y nieta de los Reyes Católicos, envió una carta de protesta exigiendo sus derechos soberanos, reunió con sus partidarios un ejército en el castillo de Framlingam e inició un viaje hacia Londres aclamada en todas las ciudades por donde pasaba, acompañada de su medio hermana Isabel, futura Isabel I, siendo coronada como primera Reina de Inglaterra por derecho propio en la Abadía de Westminster el 1 de octubre de 1553.
Su primo el emperador Carlos V le sugirió que se casase con su único hijo, Felipe. Con ello, España aseguraría la ruta marítima a sus Países Bajos e Inglaterra recibiría su apoyo contra la alianza de María I Estuardo, reina de Escocia, y la Francia de Francisco I. A pesar de la oposición de buena parte de la clase política inglesa a dicho enlace, María convocó al Parlamento el 16 de noviembre de 1553, aprobando la Cámara de los Comunes la Ley de Matrimonio de la Reina María, unas capitulaciones basadas en las firmadas por los ascendientes de ambos, Isabel y Fernando, los Reyes Católicos.
Retratos de ambos monarcas, realizados el de Felipe por Tiziano y el de María por Antonio Moro, que fueron enviados durante las negociaciones, conservados en el Museo del Prado.
Felipe recibiría el título de Rey de Inglaterra, intitulándose todos los documentos a nombre de ambos soberanos, apareciendo el nombre de Felipe antes que el de María, si bien Inglaterra no venía obligada a proporcionar apoyo militar al emperador, el rey no podría nombrar a extranjeros para ocupar cargos públicos ni la reina ni su futura descendencia podrían abandonar Inglaterra sin el consentimiento de la nobleza. Si tuviesen un hijo, el mismo heredaría la corona de Inglaterra y los territorios españoles de los Países Bajos y Borgoña, y si la reina sobreviviese a Felipe recibiría una pensión de 60.000 libras al año. La actuación de don Felipe en el gobierno de Inglaterra, único rey consorte en la historia de este reino, fue siempre muy escrupulosa y acorde a lo firmado en las capitulaciones matrimoniales.
Un día antes de su matrimonio, celebrado el 25 de julio de 1554, festividad de Santiago Apóstol, Patrón de España, en la catedral de Winchester, Felipe fue proclamado Rey de Nápoles y Duque de Milán. Con ello, Felipe y María se convirtieron en Rey y Reina de Inglaterra, Francia, Nápoles, Jerusalén, Irlanda, Defensores de la Fe, Príncipes de España y Sicilia, Archiduques de Austria, Duques de Milán, Borgoña y Brabante, y Condes de Habsburgo, Flandes y Tirol. Con este título emitió moneda en Milán y en Nápoles, incluyendo entre los blasones representados junto a los propios y los de este ducado y reino los de la reina María, el contracuartelado de tres flores de Lis y los tres leopardos de la Casa Plantagenet. Esta titulación sufrió una lógica modificación con el ascenso de Felipe II a los tronos hispánicos en enero de 1556. Igualmente, su titulación como rey de Inglaterra y sus armas aparecen en el famoso Philipus Daldre o thaler acuñado en los Países Bajos a partir de 1557, con magnífico retrato de Gianpaulo Poggini.
Como rey, hasta la muerte de María el 17 de noviembre de 1558, Felipe fue representado y reconocido como tal en numerosos retratos, construcciones públicas, lápidas de edificios y, sobre todo, como vamos a estudiar, en las monedas, medallas y sellos pendentes. Tanto en los retratos como en la colocación de los escudos de armas de ambos monarcas, el busto y las armas de Felipe ocupaban la parte izquierda, la más importante. Destacan especialmente los retratos realizados durante la negociación de los esponsales, el de Felipe realizado por Tiziano y el de María por Antonio Moro, ambos conservados en el madrileño Museo del Prado.
Medalla realizada en 1555 por Giacomo Nizzola da Trezzo
De entre las medallas, destaca fundamentalmente el par de ellas realizado por Giacomo Nizzola da Trezzo, conservado por Carlos V hasta su muerte y posteriormente por Felipe en un medallero con la representación de sus familiares. Mientras que la de Felipe muestra al rey a derecha con armadura completa, leyenda que refiere su condición de rey y príncipe de España y su edad, 28 años, en su reverso representa a apolo surcando el cielo en su carro y la leyenda que será adoptada por el monarca hasta su muerte, “Ahora iluminará todas las cosas”. La que representa a María lo hace a izquierda, vestido de corte y sus títulos como reina de Inglaterra, Francia e Irlanda, y el de “Defensora de la Fe”, el título otorgado por León X a Enrique VIII, y en su reverso se recoge una alegoría de la Paz y el templo de Jano, y la leyenda “A los ciegos la vista, a los tímidos el reposo”.
Un ejemplar de la medalla de María labrado en oro se encuentra en los fondos del Museo Británico de Londres. Trezzo llegó a Londres a finales de 1554, y si bien se ha afirmado que el retrato utilizado fue el realizado por Antonio Moro antes mencionado, es posible que el mismo pudiese haber sido realizado por observación directa de la soberana. Es viable que fuese asimismo el grabador de las monedas acuñadas a nombre de ambos monarcas, dado que se conserva una carta suya en la que afirma que Felipe le había encomendado realizar los grabados del reino. Los diseños de los bustos enfrentados de estas emisiones, de hecho, son muy similares a las medallas producidas por este escultor, lapidario, medallista y orfebre milanés al servicio de Felipe II hasta su muerte en Madrid en 1589.
La política monetaria de la reina María
Solamente, seis semanas después de su coronación, la reina declaró, el 20 de agosto de 1553, su intención de acuñar moneda de oro y plata de ley ajustada al estándar esterlino para ser utilizadas en sus dominios, salvo en Irlanda, con un sistema especial. En la misma se detallan los derechos de braceaje a cobrar, la ley de la moneda a acuñar y las marcas que debían incluir los ensayadores. Como sucedió en el caso de Felipe II en los reinos hispánicos posteriormente, también se ordenó la inclusión del año de emisión, y la inserción al azar entre las letras de las leyendas de las marcas de ceca. Posteriormente, la marca de ceca volvió a su situación habitual.
En la misma manifestaba su intención de batir soberanos de treinta chelines, reales o royal, de quince chelines, y los ángeles de diez chelines en oro. Con ello, la piezas de oro se revalorizaron en seis, dos y un chelín, respectivamente. En plata se preveía la emisión de groats, con un valor de cuatro peniques, medios groats en proporción, de una talla de 180 y 360 piezas por cada onza Troy, respectivamente, y ley de 11 dineros, y peniques sencillos con una talla de 720.
Groat de plata
Parte de la plata acuñada procedía de la obtenida de antiguos objetos litúrgicos. En cuanto a las emisiones áureas, se utilizaron coronas francesas y borgoñonas, Philippus gilders y gilders de oro alemanes, monedas que fueron suministradas por el famoso Sir Thomas Gresham, el agente de la reina en Flandes. El 2 de octubre de 1554 se ingresaron en la Torre de Londres 20 carros cargados de plata guardados por españoles, por un importe estimado de 50.000 libras esterlinas. Con ellos se acuñaron en moneda inglesa un total de 17.592 libras esterlinas entre 1554 y 1555, y en la nómina del personal de la ceca capitalina aparecen como dietas las cantidades pagadas a trabajadores españoles durante la acuñación de estos metales preciosos y bajo su real orden.
Las monedas del rey Felipe como soberano consorte de Inglaterra
Si bien la reina María acuñó a comienzos de su reinado moneda áurea en módulo de soberano, real, ángel y medio ángel, así como en plata en groat, medio groat y penique, tras su matrimonio se hubieron de modificar los cuños para incluir el nombre de Felipe, siempre delante como antes se vio. Mientras que los tipos utilizados para el oro se mantuvieron y la única modificación de los mismos fue la inclusión del nombre del soberano en la leyenda, se incluyeron los bustos de ambos monarcas en las emisiones más altas de las acuñadas en plata, en las medias coronas, chelines y seis peniques.
Ángel de oro de diez chelines a nombre de Felipe y María. Ofertada por Sovereign Rarities,
esta moneda tenía un pecio de venta de 45.000 libras (52.473,04 euros)
En cuanto a las emisiones en moneda de oro a nombre de ambos soberanos, solamente se realizaron en módulo de ángel o medio ángel, con un valor de diez y cinco chelines y peso la unidad de 5,11 gr., desde agosto de 1557 hasta el final del reinado. Esta moneda mantiene los tipos anteriores, con la representación del arcángel San Miguel alanceando a un dragón en su anverso y un barco portando el escudo de la monarquía inglesa, con los cuarteles cambiados para que aparezca el primero por la izquierda arriba el correspondiente a las tres flores de Lis de Francia, sobre un barco, y las iniciales de los monarcas, P y M, bajo una cruz.
En la leyenda del anverso aparece “PHILIP; Z: MARIA: D; G; REX. Z. REGINA. A,” (Felipe y María por la Gracia de Dios rey y reina), y en su reverso “A’ D(omi)NO’ FACTVM: EST: ISTVD: Z: EST. MIRABILE (in oculis nostris)” (Obra del Señor es esto; admirable a nuestros ojos (Salmo 118, 23), la leyenda que aparece en todas las monedas acuñadas en oro por esta monarca. De estos ángeles de oro a nombre de ambos soberanos se conservan actualmente unos cincuenta ejemplares, tanto en instituciones públicas y museos como en manos de coleccionistas privados.
En plata se acuñaron groat y medios groat de dos peniques o dineros esterlinos, con el busto de la reina a izquierda y las armas de Inglaterra en el reverso cuarteladas en una cruz larga. En la leyenda del anverso se introdujo el nombre de Felipe, “PHILIP. ET MARIA D.G. REX ET REGINA”, y en cuanto a la del reverso reproduce la leyenda latina “POSUIMUS DEUM ADIUTOREM NOSTRUM”, (Dios nos auxilia) (Salmo 54.4), común en las emisiones inglesas desde la época del monarca Eduardo III, en el siglo XIV. En los peniques sencillos aparecen dos tipos diferentes, uno que mantiene el diseño visto anteriormente y otro en el que el retrato de la monarca en el anverso por la rosa, emblema de la Casa Tudor, y la leyenda “ROSE SINE SPINA”, y en su reverso la leyenda hace referencia al lugar de acuñación, “CIVITAS LONDON”.
Seis peniques de 1554, con la titulación completa de ambos monarcas
Las medias coronas llevan los bustos de los soberanos bajo una corona cerrada, cada uno en una cara, con la misma leyenda en ambos casos, alusiva a su titulación como reyes de Inglaterra, Francia y Nápoles y Príncipes de España. En cuanto a los chelines y seis peniques acuñados en el mismo metal, tienen grabado en su reverso las armas cuarteladas y empaladas de ambos monarcas, las de Felipe en los cuarteles de la derecha y los de María en los de la izquierda, bajo corona cerrada, en la misma distribución vista anteriormente en las emisiones milanesas y napolitanas, y la misma leyenda de los groat. En cuanto al anverso, representa los bustos enfrentados de ambos monarcas, el de Felipe en la izquierda mirando a derecha y el de María en sentido contrario, bajo una corona.
Groat acuñado para Irlanda en 1558
Si bien en las primeras emisiones realizadas en 1554 en la leyenda del anverso se hacía referencia a los títulos de ambos, rápidamente se modificaron incluyendo únicamente la referencia a su condición de reyes de Inglaterra. Hay acuñaciones en las que aparece el año de emisión y el valor facial de las piezas a ambos lados de las coronas del anverso y del reverso, respectivamente, y otros ejemplares que están sin datar. Hay igualmente emisiones privativas para Irlanda, con su emblema, la lira, en el reverso, rodeada de las iniciales de los monarcas coronadas, de groats y chelines.
La larga vida de estas emisiones y su reflejo en la literatura inglesa
La moneda acuñada por ambos soberanos, y muy especialmente los chelines en los que se reproducen sus bustos enfrentados, fueron lo suficientemente comunes en la circulación para que, aún a finales del siglo XVII y antes de la gran reacuñación llevada a cabo en 1696, abunden durante un siglo y medio las referencias a los mismos en los textos literarios ingleses, de forma totalmente inusual, como ha estudiado recientemente B.J. Cook.
Como afirma este autor, la moneda en circulación fue a menudo mucho más variada que la emitida por la autoridad emisora de cada momento. Su supervivencia literaria, a su entender, puede deberse a su novedoso y nada común diseño en la moneda inglesa, y puede rastrearse desde su primera función, la propagandística dentro de un intenso conflicto político y religioso, hasta la representación de la felicidad conyugal para unos poetas para los que los ideales de las reinas de la Casa Tudor no significaban nada.
María fue querida y respetada por su medio hermana Isabel I, a quien nombró su sucesora. De hecho, ambas están enterradas juntas en la capilla mariana de Enrique VII de la Abadía de Westminster, rezando la inscripción latina “REGNO CONSORTES ET URNA, HIC OBDORMIMUS ELIZABETHA ET MARIA SORORES, IN SPE RESURRECTIONIS” (Compañeras en el trono y la tumba, aquí descansan, Isabel y María, hermanas, en la esperanza de la resurrección).
Para saber más:
COOK, B.J, “Like Philip and Mary on a Shilling”: the Literary Legacy of a Tudor Coin”, The Numismatic Chronicle, Vol. 177, 2017, pp. 399-411.FRANCISCO OLMOS, J.M. de, “Las primeras acuñaciones del príncipe Felipe de España (1554-1556): Soberano de Milán, Nápoles e Inglaterra”, Documenta & Instrumenta, 3,2005, pp. 155-186.SEABY, P., Coins and Tokens of Ireland, London, 1970,SYMONDS, H., “The coinage of Queen Mary Tudor, 1553-1558; Illustrated from the public records”, British Numismatic Journal, 8, 1912, pp. 179-202.