Desde el 24 de febrero miles de tanques, cañones, lanza misiles, helicópteros, aviones de combate y cientos de miles de soldados rusos a las órdenes del presidente Putin, invadieron Ucrania por diversos puntos de sus fronteras con Bielorrusia y Rusia, causando la mayor tragedia ocurrida en Europa tras la II Guerra Mundial. Los bombardeos constantes sobre pueblos y ciudades han empujado a huir hacia las fronteras de Polonia, Rumanía, Moldavia, Eslovaquia y Hungría a más de millón y medio de ancianos, mujeres y niños ucranianos que huyen de las fuerzas invasoras rusas. Polonia ha emitido una moneda dedicada a la Guardia de Fronteras, Policía y Ejército que, por un lado, defiende sus fronteras territoriales con Bielorrusia y, por otro, ofrece ayuda humanitaria a los refugiados ucranianos.
En el verano de 2021, Polonia se enfrentó a una amenaza para sus fronteras a una escala no vista durante muchos años. El régimen dictatorial de Alexander Lukashenko en Bielorrusia comenzó a empujar hacia territorio polaco a miles de migrantes, en su mayoría de países asiáticos, que esperaban cruzar ilegalmente a la Unión Europea. La cooperación con los grupos delictivos especializados en la trata de seres humanos y la distribución generalizada de visados han llevado a la concentración en la frontera polaca de grandes grupos de migrantes que intentan cruzarla. Armados por el régimen de Lukashenko con herramientas para destruir barreras y objetos para atacar a los guardias fronterizos, los grupos de migrantes intentaron irrumpir en el territorio de Polonia.
Los oficiales de las Unidades de la Guardia de Fronteras de Podlaski y Nadbużański, así como sus colegas adscritos de otras regiones, fueron desplegados para proteger activamente la frontera polaco-bielorrusa de 418 km de largo. Recibieron apoyo de la Policía y del Ejército polaco.
Para diciembre de 2021, los oficiales de la Guardia Fronteriza polaca junto con oficiales de policía y soldados habían frustrado unos 40 mil intentos ilegales de cruce fronterizo. Como algunos migrantes recurrieron a diversas formas de violencia, muchos de los que protegían el territorio de Polonia resultaron heridos. Desde el comienzo de la crisis orquestada artificialmente, la Guardia de Fronteras ha estado informando a las personas traídas a Bielorrusia de que están siendo utilizadas con el propósito de desestabilizar Polonia. Todos los que necesitan ayuda reciben ayuda, pero el permiso de permanencia se otorga solo a los migrantes que son refugiados genuinos.
Tan sólo tres meses después, las mismas fuerzas de seguridad polacas y el ejército han vuelto a reforzar sus fronteras con Bielorrusia y Ucrania. Por un lado como efecto disuasorio ante una posible invasión terrestre por parte del país aliado de Vladimir Putin. Por otro como control y ayuda humanitaria a los cientos de miles de refugiados ucranianos que huyen de la guerra causada en Ucrania por la invasión de Rusia.
De ahí que el Narodowy Bank Polski (Banco Nacional de Polonia) haya emitido una moneda de colección, con valor nominal de 10 zloty en plata de 925 milésimas, con un peso de 14,14 g, diámetro de 32 mm y tirada de 10.000 ejemplares, dedicada a la “Protección de fronteras” que ha sido acuñada en la Mennica Poilska (Casa de la Moneda de Polonia, Ceca de Varsovia).
El reverso, diseñado por Robert Kotowicz, de la moneda presenta siluetas de oficiales de la Guardia de Fronteras y la Policía, un soldado del ejército polaco y una imagen de un helicóptero de la Guardia de Fronteras contra un fragmento del contorno de Polonia con una parte estilizada del norte y el este resaltada de la frontera estatal.
El anverso, obra de Robert Kotowicz, presenta una imagen de un puesto fronterizo polaco.