Según informaciones de la Agenzia Nazionale Stampa Associata ANSA, en la localidad italiana de San Casciano dei Bagni, en Toscana, un pequeño pueblo en la provincia de Siena que aún hoy cuenta mucho con el turismo termal, los arqueólogos se han involucrado durante tres años en una excavación que ya ha sido noticia con el descubrimiento de una gran tinaja con más de 3.000 monedas, votiva objetos, altares dedicados a los dioses, incluso un bajorrelieve con la imagen de un gran toro, obra maestra de la época helenística.
Pero la verdadera sorpresa, cuenta a ANSA el arqueólogo Jacopo Tabolli, ha llegado en las últimas semanas con el descubrimiento de las dimensiones reales del santuario, que había pertenecido a los etruscos y que los romanos en los primeros siglos del imperio quisieron refundar haciéndolo monumental.
Excepcional hallazgo hasta el punto de ordenar en la casa de la moneda la acuñación de un tesoro de monedas de plata, oricalco y bronce extinguidas quizás precisamente en las ofrendas del emperador, para honrar a aquellos dioses que debían velar por su salud y la de los muchos notables romanos dispuestos para hacer el viaje a este lugar sagrado. “Un contexto sin igual en Italia y en el Mediterráneo antiguo“, subraya apasionado Tabolli, profesor en la Universidad para extranjeros en Siena, que lidera el proyecto arqueológico desde el principio, impulsado por el ayuntamiento con la subvención del Ministerio de Cultura y realizado junto con Emanuele Mariotti, director de la excavación, Ada Salvi de la superintendencia, así como universidades italianas e internacionales.
Un descubrimiento excepcional, explica, “por las dimensiones de la zona del santuario, mucho más grande de lo que podíamos imaginar, con varios edificios sagrados, altares, piscinas”. Lo que también sorprende es la calidad y rareza del tesoro de objetos que han surgido en estas últimas semanas de excavación.
Sin contar las monedas: “más de tres mil y todas recién acuñadas“, según documenta Giacomo Pardini, experto de la Universidad de Salerno. “Dejar la casa de la moneda de Roma e inmediatamente llevar a San Casciano para honrar la sacralidad del lugar y muy probablemente sus momentos fundacionales”, razona Tabolli. Maravillas a las que se suman espléndidos altares tallados en travertino local.
La ministra de Cultura Franceschini ha relatado que: “Este es un descubrimiento verdaderamente excepcional que confirma la importancia de esta excavación y el excelente trabajo realizado en los últimos años“, comenta a ANSA mientras el director del museo, Massimo Osanna, anuncia que ya hay fondos para dar vida. en San Casciano a un museo enteramente dedicado a los descubrimientos del Bagno Grande: “Lo abriremos en un edificio del siglo XVI en el centro histórico – anticipa Osanna – para montarlo con los hallazgos ya excavados y los que llegarán” .
De hecho, los trabajos de la última campaña de excavaciones, la séptima, como es habitual llevada a cabo con multitud de estudiantes, ha arrojado nueva luz sobre algunas fases de la historia de este increíble santuario, frecuentado también en la época de los Medici, tanto que que federico borromeo-, el cardenal que todos recordamos de Promessi Sposi – vino aquí dos veces en 1600 y luego en 1601 para curar un “dolor de mejilla” muy doloroso y misterioso.
“Estamos recuperando lo que queda del pórtico construido en el siglo XVI por los Medici”, que luego trasladaron el balneario a la zona de Fontverde, a dos kilómetros del antiguo santuario, explica el arqueólogo. Mientras tanto, se han encontrado evidencias de un dramático colapso que involucró el área de Bagno Grande en los últimos años del siglo III d.C., cuando se abrió en el suelo un abismo de más de dos metros de profundidad que provocó que casi todo se hundiera, cuencas, edificios, columnatas. Los romanos intentaron remediar el desastre iniciando una poderosa operación de restauración e interpretaron esa devastación como un prodigio, una señal enviada por los dioses. “Justo aquí, en el corazón de la sima -señala Tabolli-, levantaron un nuevo altar y sobre los escombros construyeron un nuevo tanque pequeño completo con escalones para facilitar el buceo”. Una determinación que dice mucho del encanto de un lugar querido y frecuentado desde hace más de dos mil años. Y que en otoño, con la reanudación de las excavaciones, aún podría reservarse quién sabe qué sorpresas.
Imágenes cortesía de ANSA.