Por fin llegó el día tan esperado para unos y terrible para los menos: la vuelta al “cole”. Lo que equivaldría a retomar las actividades abandonadas por un tiempo o iniciar nuevas tareas. Ese es el caso de millones de niños que enfilan el camino de las aulas tras meses de vacaciones. Aunque no del nuestro, el de “Crónica”, que ha aguantado estoicamente los cambios climáticos de este agosto abrasador manteniendo la viveza de su existencia.
Si bien es cierto que desde mediados del mes augustal por antonomasia bajamos un poco el ritmo de las publicaciones, en ningún momento echamos el cierre y nos fuimos de veraneo. Ustedes, amables lectores, no se lo merecían.
Ahora, retomamos ese grado habitual de compromiso informativo, máxime cuando comienzan de nuevo a haber noticias de cierto grado de nivel, muy alejadas de las “serpientes de verano”, o de las “morcillas” para salir del paso con las que muchos medios rellenan sus huecos en época estival.
Aún con la espada de Damocles de los coletazos u holas de la Covid-19 (¿Por cuál vamos ya?), casi todo tiende a volver a la “normalidad”: los comercios numismáticos suben los cierres y abren sus puertas; al igual que los innumerables despachos que siguen abiertos pese a la crisis. Las casas de subasta ya comienzan a lanzar sus próximas pujas, eso sí, online. Muchas casas de moneda comienzan a presentar sus programas para 2022, mientras inician la finalización de las emisiones de este año. Incluso se ultiman los preparativos para las ferias y convenciones que presumiblemente verán la luz a partir de enero.
Mientras tanto, los malos siguen actuando: desde China se inundan los mercados, sobre todo estadounidenses, con todo tipo de falsificaciones o imitaciones, tanto monta, de grandes monedas de colección e inversión o bullion. Los dueños de lo ajeno continúan por Europa haciendo sus fechorías (asaltando tiendas numismáticas) sin que haya autoridad alguna que les ponga freno. Y los timos de pequeño nivel, el del menudeo de monedas de mediano o pequeño valor, se mantienen bajo los soportales de plazas mayores y mercadillos dominicales a medio gas.
La vida sigue igual, que diría nuestro parece maltrecho Julio Iglesias.
La marcha informativa continúa para “Crónica” y para todos ustedes, amables lectores. Eso sí, con agradables sorpresas que tenemos previstas, de las que podrán beneficiarse como lectores, coleccionistas, estudiosos, investigadores o comerciantes.