Conocida por su denominación inglesa “cash coin”, o quán (泉), qián (钱dinero) o wén (文) en mandarín, la moneda china de cobre refleja una evolución de la numismática paralela en el tiempo a las tradiciones occidentales y del subcontinente indio, pero completamente independiente de influencias exteriores. Fácilmente reconocible por su forma circular y plana rematada por un agujero central cuadrado, mantuvo una serie de características propias con escasas alteraciones durante más de dos milenios.
En lugar de representar figuras humanas, animales u objetos los anversos de las monedas chinas están provistos de caracteres (pictogramas o ideogramas) que pueden hacer referencia a su peso, valor facial o el título de reinado de un determinado emperador. Otro rasgo particular que diferencia a las monedas chinas de sus contemporáneas europeas o indias es su forma de fabricación basada en el fundido en moldes de una aleación de cobre. Este empleo de aleaciones de cobre dota a la moneda de un bajo valor intrínseco, lo que da a este dinero un marcado carácter fiduciario, es decir, de un valor que depende más de lo que la autoridad emisora le asigna que de su contenido metálico.
Moneda kai yuan tong bao, dinastía Tang (Siglos VII-X)
¿Cuándo surgió la moneda en China?
El origen de la emisión y uso de la moneda en Asia oriental, entendida ésta como pieza metálica ajustada a unos patrones homogéneos de peso y medida, y emitida y validada por una autoridad para facilitar las transacciones económicas dentro de su territorio, coincide de forma aproximada en el tiempo con procesos similares en el mundo mediterráneo. Aunque el origen exacto sigue siendo objeto de controversia, se puede afirmar con bastante seguridad que las primeras monedas surgieron durante los periodos conocidos como “Primaveras y Otoños” (770-476 a.C.) y “Estados Combatientes” (475-220 a.C.), caracterizados por una progresiva decadencia de la autoridad imperial (representada en una menguante dinastía Zhou) en favor de la consolidación de diversos poderes locales. Estas entidades, situadas todas entre las cuencas de los ríos Amarillo y Yangtzé, pero muy diferentes entre sí en cuanto a sus capacidades económicas, militares y administrativas, coincidieron progresivamente en la necesidad de normalizar sus intercambios comerciales a través de métodos de pago fiables y socialmente aceptados.
Se estima que las primeras monedas de cobre se pusieron en circulación alrededor del 600 a.C. en la zona centro-oeste de la China Antigua, en los estados de Jin, Song, Zheng y Wei, así como el territorio que aún controlaba la dinastía Zhou. Estas primeras monedas tenían forma de pala o azada (bù 布) algo seguramente derivado de utensilios que se habían utilizado con anterioridad para realizar intercambios económicos. Posteriormente, alrededor del 500 a.C. surgió en el noreste (estados de Qi y Yan) la emisión de piezas con forma de cuchillo (dao 刀).
La moneda tipo “cash” no aparecería hasta mediados del siglo IV a.C. en diferentes zonas, tanto aquellas dominadas por las monedas-azada como en las que las monedas-cuchillo eran predominantes. Una de ellas fue el reino de los Qin, en el oeste, que, tras conseguir unificar todos los diferentes territorios bajo su autoridad en el 221 a.C. ,impuso el uso de su moneda bàn liâng (半两), terminando así con las demás formas monetarias.
Mapa de China de la Antigüedad con las zonas de influencia de las diferentes formas monetarias (fuente: Early world Coins and Early Weight Standards, R. Tye)
Características principales de la moneda cash: forma y contenido
Por lo general, los anversos de las monedas cash pueden constar de dos o cuatro caracteres. El orden de lectura suele ser arriba-abajo-derecha-izquierda, aunque hay casos en los que puede hacerse en el sentido de las agujas del reloj: arriba-derecha-abajo-izquierda. Cuando las monedas constan de dos caracteres, se leen de derecha a izquierda. Normalmente los reversos están desprovistos de caracteres, no obstante conforme la moneda cash evoluciona se generaliza la inclusión de caracteres y numerales indicativos de la ceca o del valor facial de la moneda.
Los caracteres de las primeras monedas cash bajo las dinastías Qin (221 – 206 a.C.) y Han (206 a.C. – 220 d.C.) hacían referencia al peso teórico de la moneda: bàn liâng (半两) o medio tael (8 g) y wû zhu (五銖) o cinco zhu, aproximadamente 3,3 g.
A partir de la reforma monetaria de la dinastía Tang en el siglo VII d.C. las monedas pasarían a incorporar cuatro caracteres en el anverso de forma definitiva, que reflejaban tanto el nián hào (年号) o título del reinado (los situados arriba y abajo) así como su condición oficial. Los caracteres tong bâo a derecha e izquierda (通寶), que vienen a significar “tesoro oficial”, permanecerán en las monedas cash hasta su final a principios del siglo XX.
El agujero cuadrado central, aunque se ha tratado de explicar desde puntos de vista espirituales o esotéricos (según creencias cosmológicas chinas, se consideraba a la tierra cuadrada y al cielo circular) tenía en realidad funciones prácticas: a través del agujero las monedas podían ensartarse fácilmente, bien para pulirlas en sus etapas finales de fabricación, o bien para enlazarlas en sartas de 1.000 monedas, consideradas unidades de cuenta a efectos fiscales y comerciales.
Caligrafía y epigrafía
La escritura china, a diferencia de las formas caligráficas adoptadas en occidente u otros lugares de Asia, no se organiza en un alfabeto o sistema fonético de letras sino que se expresa a través de caracteres. Estos caracteres, en su mayor parte, pueden ser pictogramas (dibujos simplificados de objetos, animales, vegetales o personas) o ideogramas (combinación de varios pictogramas que representan ideas o conceptos). Un buen ejemplo, muy recurrente en la numismática china, lo representa el carácter bâo, que puede traducirse como tesoro o precioso, y expresa jade (玉), cauríes (貝) y cerámica (陶) bajo un tejado, tal y como puede verse a continuación en sus formas arcaica (izquierda) y tradicional (derecha).
En China la caligrafía es considerada una forma de arte en sus diferentes variantes, que también pueden reflejarse en las monedas a lo largo de su dilatada historia. Las formas caligráficas principales que podemos encontrar en este contexto son tres. La más antigua es la conocida como “sigilar” ya que era la escogida por autoridades y notables para sus sellos personales, con caracteres de forma rectangular, proporciones simétricas y tamaño uniforme. La invención del papel en el siglo I d.C. trajo consigo importantes cambios en la escritura ya que ofrecía más espacio para escribir y el uso de pincel posibilitaba nuevas formas de trazo. Nacía así la caligrafía clerical (lishu), destinada a facilitar el trabajo de escribas y personal administrativo. Si bien las proporciones de los caracteres seguían siendo muy uniformes, se diferenciaba del estilo sigilar en unos trazos más ondulados, que reportaban una estética más dinámica y ligera.
No obstante, fue durante los siglos siguientes a la dinastía Han (206 a.C. – 220 d.C.) el momento en que las formas de expresión caligráfica alcanzaron su cénit en cuanto a creatividad y variedad. A partir de este momento se dejaron atrás los aspectos prácticos y los calígrafos se centraron más en los estéticos, aportando mayor belleza a unos caracteres que derivaban hacia formas cada vez más cursivas. La primera de estas formas cursivas fue la escritura regular (kaishu), caracterizada por su elegancia y formas estilizadas, con ocho trazos básicos que imprimían una forma más cuadrada a los caracteres y al mismo tiempo los inclinaba ligeramente hacia arriba y a la derecha, realizando una perfecta combinación de dinamismo y armonía. Las escrituras semi-cursiva (xingshu) y cursiva informal (caoshu) hacían hincapié en la rapidez de los trazos y posibilitaban una mayor creatividad y originalidad. En estas formas de escritura los movimientos del pincel eran rápidos y sin pausas, y los trazos presentaban diferentes grosores dependiendo de la presión que se ejercía sobre el pincel. En la caligrafía cursiva informal muchas veces dos o más caracteres podían unirse en un solo trazo, haciéndose difícil distinguirlos.
En el terreno numismático, las primeras monedas presentaban siempre una caligrafía de tipo sigilar, llegando la escritura clerical con las kai yuán tong bào de la dinastía Tang (618-907 d.C.) No sería hasta la dinastía Song (960-1127 d.C.) cuando se incorporarían los demás estilos de escritura, siendo habitual encontrar monedas pertenecientes a la misma emisión pero con formas caligráficas diferentes, tal y como puede comprobarse en la imagen de debajo. Ambas monedas son zhi ping yuan bao emitidas bajo el emperador Ying Zong entre 1064 y 1067. La de la izquierda presenta una caligrafía sigilar y la de la derecha clerical.
Metales y fabricación
El sistema monetario chino siempre estuvo dominado por el cobre, lo que no excluía en determinados momentos la circulación paralela de otros metales no acuñados como el oro y, sobre todo, la plata. En muchas ocasiones, cuando el cobre escaseaba, sobre todo en tiempos de conflicto e inestabilidad, se hizo habitual el empleo de metales alternativos como el hierro o el plomo para la fabricación de moneda.
En cualquier caso, el cobre es el elemento principal de las monedas cash, oscilando entre un 50 y un 80 % de contenido en unas aleaciones que se suelen completar con otros metales como plomo, estaño y hierro. Por lo general, el contenido de cobre en las monedas cash podía variar de forma sustancial dependiendo de la época y el territorio. Al igual que con el peso, la composición metálica no solía ajustarse a los patrones teóricos oficiales, por lo que es habitual encontrar monedas con menos contenido de cobre que el que teóricamente debían tener. Al ser un mineral escaso en relación con su gran demanda para la circulación, era habitual que se fundiera con otros metales y que frecuentemente las autoridades tuvieran que ordenar la fundición de diferentes objetos como estatuas, utensilios, armamento y monedas retiradas de la circulación.
La fabricación de monedas cash se hacía mediante el fundido del metal en moldes, una técnica que hacía posible producir en grandes cantidades de piezas a bajo coste. En efecto, el fundido proporcionaba una tecnología relativamente sencilla que no requería de personal muy especializado. Además, era un método que se ajustaba a las necesidades de circulante del mundo chino, ya que era rápido y por tanto ideal para la producción en masa de monedas. El empleo de este sistema implicaba también una serie de desventajas, siendo las principales que no permitía un buen control del peso ni diseños muy detallados y, al tratarse de una técnica sencilla, favorecía la falsificación.
En un principio se utilizaron moldes de metal, piedra o arcilla, pero a partir de la era Tang se introdujeron los moldes de arena, que permitían diseños más sofisticados y precisos. Todas estas técnicas se caracterizan, a grandes rasgos, por imprimir en los moldes espacios grabados de las futuras monedas conectados por una serie de canales por los que fluye el metal fundido. El resultado, una vez el metal se enfría, consiste en un llamativo “árbol” de monedas cash, que son posteriormente separadas, ensartadas en barras y limadas para eliminar los restos de soldadura que puedan quedar en sus cantos.
Monedas ban liang (izda.) y wu zhu (dcha.)
Metrología
En la metrología china la medida de referencia es el liâng (两) que sufrió una serie de variaciones a lo largo del tiempo. Antes de la dinastía Tang, a principios del siglo VII, equivalía a aproximadamente 16 gr. de peso, dividiéndose en 24 zhu (銖). Las primeras monedas cash de la China unificada, bàn liâng (medio liang) y wû zhu (cinco zhu), hacían pues referencia a su peso teórico. Las reformas llevadas a cabo por los Tang llegaron a muchos ámbitos, la metrología de las monedas entre ellos. El liâng pasó a tener un peso de aproximadamente 41 gr. y a tener al qián (钱) como divisor.
Curiosamente, se trata de una de las primeras decimalizaciones de la historia, ya que cada liâng equivalía a 10 qián. El qián, de poco más de 4 gr. de peso será a partir de ahora el peso de referencia para cada moneda cash. Estas medidas se mantuvieron muy estables en el tiempo, conociendo apenas variaciones hasta el final de la dinastía Qing en 1912, última bajo cuyo mandato se emitió este tipo de moneda.
Esta tradición numismática de más de dos mil años convierte a las monedas cash en uno de los objetos que más han pervivido en la cultura popular y el imaginario colectivo de China. Su significado tanto económico como espiritual tiene aún hoy connotaciones relativas a la riqueza y la buena fortuna, algo que puede comprobarse en diferentes celebraciones y festividades. Además, despiertan cada vez más interés entre estudiosos y coleccionistas occidentales, que tienen ante sí unas piezas de gran valor histórico y en muchos sentidos precursoras del dinero contemporáneo.
Bibliografía
“Les Monnaies de la Chine Ancienne”, F. Thierry, Les Belles Lettres, Paris 2017
“Early World Coins & Early Weight Standards”, by Robert Tye, published by Early World Coins, York 2009
“Cast Chinese Coins, A Historical Catalogue”, D. Hartill, Trafford 2005
“Dinero Chino – Monedas y Billetes”, Blas Sierra de la Calle, Cuadernos del Museo Oriental nº 7, Valladolid 2000
Gernet, J. “El Mundo Chino”. Editorial Crítica, Barcelona 1991
“Primal Trek Ancient Chinese Charms and Coins” https://primaltrek.com/
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José Ramón Vicente Echagüe es el creador del Blog: https://curiosidadesnumismaticas.blogspot.com/