El Museo Ferenczy de Hungría ha dado a conocer los detalles relativos al tesoro compuesto por más de 7.000 monedas de oro y plata, fechadas entre los siglos II y XVI, que fue hallado en el país el pasado mes de diciembre. Las monedas fueron escondidas poco antes de la histórica Batalla de Mohács (1526), que supuso la derrota del rey húngaro Luis II a manos del sultán Solimán El Magnífico.
El Museo Ferenczy de Hungría ha dado a conocer los pormenores del hallazgo de un importante tesoro formado por más de 7.000 monedas de oro y plata, en diciembre pasado, en el curso de unas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Újlengyel, en el centro del país.
Como explica el experto en moneda medieval del museo, Balázs Nagy, el hallazgo tiene mucho que ver con la Batalla de Mohács, librada el 29 de agosto de 1526 entre las tropas húngaras lideradas por el rey Luis II y el ejército otomano al mando del sultán Solimán El Magnífico.
La batalla, que acabó con la derrota de los húngaros y la muerte de Luis II, fue seguida del saqueo del país por parte de las tropas otomanas. La victoria de Solimán supuso también el fin de la Dinastía Jagellón, originaria de Lituania y que reinó en Lituania, Bielorrusia, Polonia, Chequia, Eslovaquia, Ucrania, Letonia, Estonia, Kaliningrado, partes de Rusia y Hungría entre los siglos XIV y XVI. Con este hecho histórico se cerró la Edad Media en Hungría.
El experto, numismático del Museo Ferenczy, acompañado por miembros de la Asociación de Comunidades Arqueológicas y un grupo de voluntarios, acudieron a excavar en un lugar cercano a donde se desarrolló la Batalla de Mohács.
Excavando un pequeño pozo encontraron una vasija medieval rota, a cuyo alrededor aparecieron miles de monedas antiguas de oro y plata.
En la información difundida por el museo se precisa que se encontraron cuatro monedas de oro, que fueron acuñadas durante el reinado de Matías II, rey de Hungría entre 1458 y 1490 (ver imagen adjunta).
Entre las abundantes monedas de plata se han identificado unos raros ejemplares acuñados durante el pontificado del Papa Pío II (1458-1464), así como denarios de plata romanos del reinado del emperador Lucius Verus (161-169).
La mayoría de las monedas están datadas entre los años 1516 y 1526, cuando Luis II reinaba sobre los territorios de Hungría y Bohemia.
Según los arqueólogos, el valor de las monedas en la época en la que fueron enterradas sería suficiente como para comprar al menos siete caballos, algo así como el valor de un automóvil de lujo en la actualidad.
Ahora, los expertos tratan de explicar por qué se enterró un tesoro tan valioso como éste. Una hipótesis es que sus propietarios tenían miedo de posibles ataques por parte del Imperio Otomano al territorio de Hungría. Unos temores que se confirmaron con la Batalla de Mohács y el baño de sangre provocado por los turcos en Hungría durante los meses de agosto y septiembre de 1526.
Se calcula que más de 14.000 soldados húngaros murieron en la batalla, tras la que Solimán El Magnífico no mostró piedad y mandó ejecutar a más de 2.000 nobles húngaros.
La Batalla de Mohács se considera como uno de los momentos más trágicos en la historia del país, un trauma que aún persiste en la memoria de los húngaros. La batalla que tuvo lugar a continuación entre el Imperio de los Habsburgo y el Imperio Otomano destruyó el territorio húngaro y diezmó a su población.
Por ello, los arqueólogos consideran casi como un milagro el hecho de que el tesoro de más de 7.000 monedas haya logrado permanecer oculto durante cinco siglos.