El Museo de la Región de la Valaquia Morava, al este de la República Checa, recibió una inesperada donación: una vasija con casi cuatrocientos groschen de plata de la Edad Media. El hallazgo no fue fruto de excavaciones o profundos estudios, sino que fue una perra de paseo quien, escarbando en el bosque, realizó uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos de toda la región.
La perra Máša hizo su desinteresada aportación a la arqueología de la región de la Valaquia Morava el pasado mes de agosto, paseando con su amo y algunos amigos por los bosques de la localidad de Ústí, cerca de Vsetín.
Según escribe Daniel Ordoñez, en Radio Praga Internacional en español, A pocos centímetros de la superficie se encontraba una vasija repleta de monedas, relata el dueño de Máša, que no ha querido que trascienda su identidad, y que directamente se fue a anunciar el hallazgo, consciente de que se trataba de algo importante, como confirmó a la Radio Checa el arqueólogo del Museo de la Región de la Valaquia Morava, Samuel Španihel.
“El hallazgo es relativamente extraordinario, especialmente en esta región y para el distrito de Vsetín, donde hay pocos vestigios de la Edad Media. En ese aspecto sí es único a nivel regional, al menos, ya que no son habituales en Moravia los tesoros de monedas del siglo XIV”.
Pero aún quedaba por ver qué contenía exactamente la vasija, ya que, si bien asomaban algunas monedas por encima, el contenido era una masa apelmazada.
El tesoro tuvo que viajar hasta el hospital de Valašské Meziříčí, en el que se le realizó una tomografía computerizada para saber qué escondía el recipiente y poder decidir la forma más adecuada y menos agresiva para extraer su contenido, explica el portavoz del Museo, Jiří Koňařík.
“En la tomografía se demostró que la vasija estaba llena de monedas. Nuestros expertos lograron extraerlas con procedimientos especializados y hemos contado 374 monedas, además de otro conglomerado con tres monedas más que aún no hemos sido capaces de separar”.
El arqueólogo Samuel Španihel contó los próximos pasos que seguirá la investigación: “Ahora se van a limpiar todas las monedas una a una y se van a realizar distintos análisis a la tierra de la vasija. Porque esta vasija es un hallazgo único en el sentido de que se ha conservado entera. Normalmente, cuando se encuentra algo así, lo que hay son restos y trozos dispersos, pero esto es todo un bloque”.
En la zona se investigó si no habría más objetos enterrados, pero no se encontró nada. Lo que se sabe de este tesoro es que todas las monedas son groschen de Praga de plata de distintas emisiones. Algunas seguían cubiertas por restos de tela de pequeñas bolsas en las que estaban envueltas. Todo ello, así como restos vegetales encontrados dentro del recipiente o del propio barro del que está hecha la vasija, serán estudiados para conocer toda la información que permitan averiguar las tecnologías actuales, como el año en el que fue enterrado el tesoro, pero puede también que la época del año y hasta la región en la que fue elaborada la urna.
También así se establecerá el valor de las monedas y, por tanto, la recompensa para los descubridores, que tienen derecho a hasta un diez por ciento por su buena acción.
Fotos: Cortesía Museo de la Región de la Valaquia Morava